David Cruz: “cómo soy en la vida trato de llevarlo a la fotografía”

Es uno de los directores de fotografía de mayor éxito y talento en la escena cubana actual. Ha incursionado en todos los géneros audiovisuales y ha dirigido la fotografía de más de cien clips. A sus 33 años David Cruz Rodríguez cuenta con una trayectoria que hace gala de cantidad y calidad a dos manos. Confiesa que no está conforme con nada de lo que ha hecho y no cree que lo esté nunca, de ahí que solo podamos esperar lo mejor de él .

¿Cómo fue que te hiciste director de fotografía?

“Mi relación con la fotografía empezó hace poco más de diez años, cuando tuve mi primera cámara. Empecé a probar con la foto comercial para sacar algún dinero, y así me fui interesando cada vez más por estudiar. Primero matriculé en la Academia de Artes y Oficios, allí hice un curso de fotografía básica, después entré en la Academia Cabrales del Valle donde pasé otro más avanzado y uno de Historia del Arte. Todo eso hizo que mis inquietudes como fotógrafo fueran creciendo y me fui inclinando por una fotografía más artística. Hasta que me decido a elevar mi nivel académico y hago las pruebas para entrar a la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual, de la cual me gradué hace ya tres años. Estudiaba y a la vez trabajaba como segundo asistente de cámara en lo que apareciera. De segundo asistente pasé a ser primero, lo que se conoce como foquista, y ya después me hice operador de cámara. Mi intención siempre fue ser director de fotografía, pero considero que todo es parte de un proceso y hay que ir paso a paso.”

¿Cuál tu primera experiencia como director?

“Mi primera experiencia fue en el campo del video clip, considero que es el modo más fácil para los noveles de llegar al audiovisual. Sobre todo porque en Cuba se produce mucho más clips que cualquier otro género audiovisual, además que al ser de los que requieren menos dinero es más fácil que confíen en ti siendo novel. Ya yo había trabajado en varios como asistente y operador de cámara, tenía alguna experiencia y me era más fácil lanzarme a la piscina en esa especialidad. Fue Freddy Loons quien me dio mi primera oportunidad, el video fue Que Nochecita de Jacob Forever con Leinier y El Micha. Lo que más me gusta del clip es que te permite experimentar más, sobre todo en iluminación, ya que te da un margen mayor de error, por la manera en que se construye, en que se edita.”

¿Y en la ficción?¿Cómo fueron tus comienzos?

“En la ficción empecé con amigos, con muy poco presupuesto, pujando con nuestros recursos. Lo primero fue un cortometraje llamado Karla, que fue mi tesis. Hace poco dirigí de manera íntegra la fotografía de mi primer largometraje de ficción que se llama Aislados. Y en la película Cuentos de un día más, con dirección general de Fernando Pérez y producida por i4films, soy el fotógrafo de uno de los cuentos. Estas dos son mis experiencias en lo que podría llamarse el cine industrial.”

¿Sigues practicando la fotografía fija?

Me encantaría, pero por una cuestión de tiempo no puedo. De vez en cuando le hago alguna foto de favor a una amistad o de repente un día me da el loco y salgo para la calle con la cámara. La foto fija me parece un modo de narrar espectacular, porque tienes que contar en una imagen toda una historia, capturarla en una instantánea. Me encanta, pero la vida me ha llevado más al audiovisual y éste ocupa demasiado tiempo, más si tienes la dicha de tener mucho trabajo. Ahora mismo antes de esta entrevista yo estaba en una reunión de un video clip, del cual empezamos a conceptualizar la idea. Ya después eso conlleva visitas de locaciones, un trabajo de guión técnico, luego se filma y después viene la posproducción, en la cual me gusta estar presente para garantizar que se materialice la concepción visual del proyecto. Un clip que dura tres minutos en pantalla te puede llevar desde una semana hasta quince días. Imagínate si como yo haces dos o tres semanales y a la par trabajas en un corto y un documental.”

¿Tienes preferencia por algún género fotográfico?

“A mí me encanta el desnudo, tengo una libreta llena de ideas que quiero traducir al cuerpo, esbozos incluso. Considero que es muy lindo, muy expresivo, y aunque ha sido abordado muchas veces creo que todavía hay un campo en el cuerpo humano, la forma en que asumen la luz, en que se puede expresar un sujeto, en sus músculos, uñas, tendones, poros, que todavía se puede explorar.”

“También me llama la atención la fotografía documental. Pero pasa que yo soy más de preparar la imagen que de capturarla, y la fotografía documental debe ser muy honesta. Manipulación siempre hay, desde el momento en que encuadras y compones. Pero siento que hoy los fotógrafos documentales tienden demasiado a manipular la imagen, y yo también voy a tender a eso. Prefiero pensar la fotografía, estudiarla, buscar referentes, irla construyendo hasta que logre la imagen que tengo en mi cabeza. Tanto en la foto fija como en el audiovisual soy más de la ficción que de lo documental.”

¿Cuáles son tus principales referentes?

“Yo como persona soy un tipo muy ecléctico, busco muchos referentes y trato de abrir al máximo mi abanico de posibilidades. Como soy en la vida trato de llevarlo a la fotografía, lo que es una ventaja porque me lleva a tener un panorama laboral bastante amplio. He tenido la suerte de trabajar junto a directores muy buenos y he podido absorber mucho, y trato de reciclar todo eso en un estilo propio. Creo que por ahí va la clave del éxito en la fotografía y en el arte en general.”

“Si tengo que mencionarte referentes, tengo que decirte ante todo que yo soy más de la obra que del autor. Un artista tiene un abanico de su trabajo del cual yo tomo las cosas que me funcionan. De Kubrick, por ejemplo, hay películas que amo y otras que no tanto. Amo a Rembrandt y a Caravaggio, que son pintores de los cuales me nutro mucho de su manera de iluminar, pero ya te digo, todo de ellos no me gusta. Richard Avedon y Helmut Newton son dos exponentes que me gustan mucho del desnudo, y Raúl Cañibano en la foto documental. Y si tengo que decirte una película, yo amo, y la veo casi todos los años, la saga de El Padrino. Pero es una película que me gusta más allá de la fotografía. Y si tengo que mencionarte a directores de foto, Roger Deakins, Emmanuel Lubezski, Vittorio Storaro y Christopher Doyle son los mejores para mí en fotografía audiovisual. Pero como te dije anteriormente, soy más de la obra que del autor.”

¿Cuáles son los directores con los que trabajas de manera más asidua?

“Freddy Loons es el director con el que más he trabajado, un director prolífico, con un volumen de trabajo impresionante. Pero también he trabajado mucho con Joseph Ros, con Charles Cabrera, los Rou Roff, también fui foquista de Asiel Babastro en varios videos. De los más conocidos en la escena del clip creo que he trabajado con casi todos, esos que te mencioné con más frecuencia, pero con casi todos he hecho uno o dos trabajos.”

 ¿Qué tanto margen de creatividad sueles tener en tu trabajo?

“Janusz Kaminski, el director de fotografía de muchas de las películas de Spielberg, tiene una frase que a mí me gusta mucho: “un fotógrafo es tan creativo como un director le permita ser”. Y yo creo que he tenido la suerte de que la mayoría de los directores con los que he trabajado han confiado mucho en mí y me han dado mucha libertad creativa.”

  ¿Alguno con el que te sientas más cómodo trabajando?

“Diría que con Joseph Ros, que tiene un modo de narrar muy a modo de viñetas y metáforas visuales, y eso es muy rico para mí como fotógrafo porque me permite experimentar. Ello sumado a que él tiene cierto renombre y maneja unos presupuestos que te posibilitan un notable despliegue técnico. Hay tres videos con Joseph que salieron el pasado año y recibieron muchos premios y nominaciones: Laberinto, Oborozuki y Bolero a la Vida.”

 Por último ¿Cuáles son las dificultades a las que tiene que enfrentarse un director de fotografía en Cuba?

 “Las dificultades de un director de fotografía en Cuba no son diferentes a las de cualquier otro especialista: las carencias materiales. Tú tienes una idea y materializarla se vuelve muy complejo. Queremos hacer grandes obras, pero desgraciadamente casi nunca está el presupuesto necesario para llevarlas a la pantalla. Por eso es muy importante la capacidad resolutiva que tú como especialista tengas en el set, disponer de un Plan B y hasta C para que la obra no sufra y nadie se entere que tú sufres en el proceso. Y debes tener presente que lo que pensabas hacer con una lámpara de cien dólares de alquiler a veces tienes que resolverlo con una de diez o con una vela. Así se está produciendo el arte en este país, y hemos tenido que aprender a convivir con eso.”