Ingrid de la Vida: la fotografía cómo ritual

Conocida mayormente por sus personajes en la teleserie Calendario y la telenovela Tan Lejos y Tan Cerca, Ingrid de la Vida es también fotógrafa egresada de la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA). Artista del autorretrato, Ingrid acumula una obra notable en dicho género, en la cual su formación como actriz hace de complemento ideal a la fotografía. Sobre esta faceta profesional desconocida por la mayor parte del público, conversa hoy con POB Magazine.

¿Cómo llegaste a la fotografía?

“Cuando termino mi nivel medio en la Escuela Nacional de Arte (ENA), escojo la FAMCA en vez de continuar con actuación, como una forma de salir de mi zona de confort, explorar otras vías de expresión y desarrollar nuevas habilidades. El perfil de dirección de fotografía fue la vía para acercarme al universo de las artes visuales, que desde niña me habían llamado la atención. Siempre tuve claro que me gustaba más la fotografía fija, pero cómo ésta no tiene en Cuba una escuela oficial en la cual titularse decidí probar con el cine.”

¿Cómo crees que se complementa tu formación en la ENA con tu profesión cómo fotógrafa?

“La ENA es muy enfocada hacia las artes escénicas. Al llegar a la fotografía ya tenía incorporado ese espíritu que acompaña los procesos creativos en el teatro, al cual siempre he visto cómo un ritual que demanda un nivel elevado de concentración, un estado específico para poder fluir y encarnar un personaje. Entonces afianzar ese espíritu en esos cuatro años me permitió trasladar esa energía hacia mi fotografía, la cual considero también un proceso ritual.”

“Mis procesos son muy íntimos: establezco una relación con mi cámara, paso determinado tiempo en silencio, pienso en la foto, la dibujo, hago ejercicios donde me exploro y pienso en usar el cuerpo cómo una herramienta que me ayude a ser lo más fiel posible a la imagen que tengo en mi cabeza. La ENA me ayudó a ver en la fotografía también un acto performativo, exponer una verdad y desnudarme ante el mundo, porque cuando uno expone una verdad se está desnudando, aunque no sea físicamente. Tengo un punto de conexión muy fuerte entre el teatro y la fotografía.”

¿Qué experiencia te llevas de la FAMCA y qué cambiarías en dicha facultad?

“Cómo estudiante deseosa de absorber conocimientos y experimentar, sentí que en los ejercicios se era muy academicista y yo quería dejar volar mi imaginación, no quería ser tan metódica. A diferencia de la ENA sentí que me faltó conectar con el cine más desde el arte y no tanto desde la técnica, lo que además era complejo porque la escuela no contaba con el equipamiento técnico idóneo para muchos ejercicios. Me fui con muchos guiones archivados, con la sensación de no haber podido desarrollarme artísticamente cómo me hubiese gustado.”

¿Por qué volviste a la actuación?

“Sigo trabajando mi perfil en la FAMCA, pero casi siempre cómo operadora de cámara. Me alejé un poco de la realización audiovisual porque de momento no siento ese impulso cómo creadora o directora de fotografía, por consiguiente no lo he forzado. No he encontrado nada que me atraiga ni tampoco lo he buscado. No diría que volví a la actuación, porque siento que nunca dejé de ser actriz, solo que tuve ese período en la universidad debido al cual tuve que pausar dicha profesión.”

¿Por qué prefieres la fotografía fija sobre la fotografía en movimiento?

“Me siento más cómoda. Disfruto más el proceso de hacer una foto, de editarla, de componerla. La fotografía en movimiento es más de trabajar en equipo y más de equipamientos también, mientras que en la fotografía fija puedes ser tú con tu cámara. Hallo en ella una libertad y una privacidad que no encuentro en otras áreas de mi vida. Me hace crear una relación muy íntima y bonita con mi cámara.”

¿Qué género prefieres?

“El autorretrato. Me resulta mucho más fácil fotografiarme a mí que al otro, y pienso también que es una manera de conocerme a mí misma mucho más. Tiene que ver con cuestiones existenciales, incluso de percepción. Yo recuerdo que cuando niña uno de mis pasatiempos preferidos era tomar los álbumes de fotos y observarme. Siempre me ha resultado muy curiosa la percepción que uno tiene de uno mismo, me gusta explorar, entender cuanto determina lo que somos físicamente en lo que podemos ser a nivel espiritual, emocional e intelectual.”

¿Alguno que prefieras sobre los demás?

“Para hacer la foto siempre parto de una necesidad de expresarme, a veces la idea me visita en sueños, la medito mucho, y cuando llega a ser una imagen que está muy en mi cabeza es que determino hacerla. Por eso paso tiempo para hacer una y no tengo un trabajo muy prolífico. Por eso cada foto para mí tiene un significado importante y nace de una motivación profunda. Y al haber tanto tiempo entre una y otra cada una refleja la Ingrid de una época, sus conflictos y preocupaciones.”

¿Algún proyecto futuro?

“Mi sueño es ver mis fotos súper grandes en una galería. Pero ya te digo, yo no me presiono para nada. Siempre procuro que mi trabajo sea algo desde la relajación, el disfrute, la paz. De hecho, me interesa que mis fotos transmitan eso. No me dejo llevar por esa premura de «pasan los años y no expongo» o «tienes que acabar de despuntar y vender una obra». No, yo estoy súper relajada con eso y de momento estoy bien.”