El triángulo de exposición

Si existe un ABC en el componente técnico de la fotografía, ese es el triángulo de exposición. Se le llama de esta manera pues está compuesto por tres elementos que, relacionados entre sí, determinan la cantidad de luz a la que se expone el sensor de imagen, y por ende cuán iluminada queda nuestra foto. 

Se considera una foto bien expuesta aquella en la que no se ha perdido información por haber recibido insuficiente luz o demasiada. En el primer supuesto tendremos áreas muy oscuras, negras quizá, es lo que conocemos como subexposición. Lo segundo, las fotos sobreexpuestas, o quemadas como le llaman algunos, tienen zonas que de tanta luz que reciben devienen en un blanco sin textura alguna. En ambos casos se trata de un error técnico que afecta al propósito de la foto. 

Para nada decimos que el uso del negro y el blanco, incluso carente de textura y ocupando una gran parte del encuadre, no sean válidos. Asimismo se pueden lograr buenos resultados con muy baja iluminación o muy elevada. Pero debemos cuidar que nuestra foto no pierda calidad ni información por ello, así como tener claro cómo aporta a lo que buscamos transmitir. 

Veamos los tres elementos que nos permitirán definir cuanta luz entra a nuestras fotos y cómo manipularlos.

Velocidad de obturación o de disparo

Se trata del tiempo que el obturador permanece abierto dejando pasar la luz al sensor, el cual percibe la escena que estás tratando de capturar.

Se suele medir en segundos o fracciones de segundo; 3”, 5”, 1/50, 1/200, 1/1000. Lo usual es disparar por encima de 1/100 a fin de evitar imágenes movidas. A mayor velocidad de obturación mayor congelación de movimiento, pero será menor la luminosidad de tu foto, la cual deberás compensar manipulando los elementos que veremos más adelante. Múltiples son las combinaciones de velocidad en dependencia de nuestros fines creativos.

Las velocidades lentas, también llamadas de larga exposición, se suelen usar para generar sensación de movimiento, casi siempre con intenciones artísticas. También para fotografiar en la noche o en lugares de muy baja iluminación. Hay que tener en cuenta que por debajo de ciertas velocidades que oscilan entre 1/10 y 1/50, dependiendo del pulso y la habilidad del fotógrafo, el mero hecho de apretar el disparador va a dar como resultado una foto completamente movida. Un trípode, una base firme improvisada para nuestra cámara o el temporizador son soluciones muy útiles. 

Fotografía de Denys Cano

Apertura de diafragma

En fotografía el diafragma es una estructura interpuesta en el recorrido de la luz encargada de regular su entrada a la cámara. En combinación con la velocidad de obturación, el tamaño de apertura de diafragma determina el grado de exposición a la luz del sensor.

Los objetivos fotográficos por lo general especifican las aperturas máxima y mínima, las cuales se expresan a través de los números f. A mayor número f, menor apertura y mayor profundidad de campo, es decir, será mayor la distancia enfocada por la cámara y por ende la cantidad de elementos enfocados en escena. A menor apertura más baja luminosidad y viceversa. 

Fotografía de Hansel Artiles

Sensibilidad ISO

La sensibilidad ISO marca la cantidad de luz que necesita nuestra cámara para hacer una fotografía. Su diferencia con la velocidad de obturación y la apertura de diafragma es que éstos dejan pasar más o menos luz hacia el sensor, mientras que el ISO lo que hace es amplificar digitalmente la señal. Ganamos valor de exposición, pero en detrimento de la calidad, pues se genera ruido digital en nuestra foto. De ahí que se recomiende dejar el ISO en el valor mínimo, siempre que puedas lograr una buena exposición ajustando la apertura de diafragma y la velocidad de obturación. 

Fotografía de Juan Pablo Estrada

Exposímetro

Un cuarto elemento a tener en cuenta, que si bien no forma parte del triángulo de exposición está íntimamente ligado a éste, es el exposímetro. Se trata de un aditamento de la cámara que es capaz de medir la luz de la escena, informando si la fotografía que vamos a realizar quedará bien expuesta. Se muestra en la pantalla o a través del visor como un marcador en cuyo centro se sitúa el nivel 0, el cual indica un valor correcto de exposición aproximado, y hacia los extremos tiende a valores negativos y positivos, indicando que la imagen nos podría quedar oscura o quemada respectivamente. No obstante, el propio sistema puede ser engañado si la escena no tiene una distribución equilibrada de luces y sombras, por lo que debemos aprender en la práctica a compensar este pequeño margen de error.

Entender el triángulo de exposición es clave para lograr un manejo fluido de tu cámara. Una vez lo domines, habrás dominado la mitad de parte técnica de la fotografía.

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