Sergio y Serguei: la decadencia estilizada

Sergio y Serguei

La mayor parte del cine cubano contemporáneo, al menos el de mayor trascendencia, es producto de la combinación de fuentes externas de financiamiento. Hablamos de películas que de otra manera serían inconcebibles, sobre todo en su factura visual. Sergio & Serguei es quizá el ejemplo más evidente, coproducción a muchas manos que hace gala de lo mejor de la fotografía del audiovisual cubano.

Es el tercer largometraje del director y guionista Ernesto Daranas, y por tercera vez ocupa a La Habana (¿profunda?) como escenario principal, recurriendo a determinados recursos que ya vamos identificando como patrones.

Sergio y Serguei
Un producto de exportación

Al igual que en Los Dioses Rotos y Conducta, asistimos a un producto de exportación, comercial desde su concepción. A primera vista puede no parecerlo, en especial para el espectador que no reside en la isla, pues los fenómenos que hacen telón en las historias (pobreza, marginalidad, migración) le dotan de cierto tono de denuncia. Pasa que tales fenómenos son la temática de mayor demanda cuando de Cuba se trata, haciendo de un dizque cine social el cine comercial cubano por antonomasia. La mayoría de las veces lejos de abordar la realidad de forma crítica, refuerzan prejuicios y lugares comunes a fin de garantizar la inserción del filme en el mercado. 

Sergio y Serguei

Aunque se nos vendan de esta manera y sea ese su gancho comercial, no pretendamos adentrarnos en la realidad cubana a través de estas películas, menos aún en sus submundos. Entender lo anterior es necesario para apreciar, en términos generales, la estética del cine cubano contemporáneo, donde situaciones sociales negativas tienen un look romántico, estilizado. Ciertamente la obra de Daranas ha trascendido por mucho más que este enfoque comercial, y hace gala de numerosos premios y nominaciones en festivales.   

Capital y especialistas extranjeros

En el caso de Sergio & Serguei, destaca en fotografía, pero también en otras especialidades como dirección de arte y posproducción, ambas de una calidad muy por encima de la media del cine cubano. Hablamos de áreas que, si se pretenden desarrollar de forma óptima en Cuba, precisan de capital y hasta especialistas extranjeros. Varias empresas con el grupo comunicacional español Mediapro a la cabeza, marcaron la diferencia en esta ocasión. 

Sergio y Serguei

La cinta se desarrolla entre La Habana, una estación orbital soviética y Manhattan. Sergio, un radioaficionado cubano, mantiene comunicación regular con su amigo estadounidense Peter, también radioaficionado. Un día contacta con Serguei, un cosmonauta ruso que ha quedado varado en su nave. Todo sucede en 1990, en plena caída de la URSS.   

Sobresale el aspecto técnico

El trabajo del director de foto, Alejandro Menéndez, se subordina totalmente a la trama y los diálogos de la cinta.  Nos encontramos con una composición ajustada al manual, destacando ciertos alardes técnicos que el presupuesto hizo viables. Lo que nos lleva a señalar que las razones de que Sergio & Serguei resalte en fotografía dentro del cine cubano es sobre todo por aspectos técnicos, destacando la calidad final de la imagen. Técnica que también se tradujo en varios destellos de creatividad, tal cómo se aprecia en el empleo de planos cenitales con Sergio, en clara alusión al espacio exterior. También destacan en este sentido los movimientos de cámara giratorios en la estación orbital. La iluminación es suave, detallista, siendo en las escenas en clave baja donde más podremos apreciar la destreza de Menéndez con las luces. 

Sergio y Serguei
Sergio y Serguei
Acortar distancias que van más allá de lo físico

Planos de paisaje del cosmos se intercalan con una Habana destruida y Nueva York en su mejor versión.  Los contrastes por obvios saltan a la vista, sin embargo vemos maneras de componer comunes a los tres lugares o, más bien, a sus tres respectivos personajes, quienes fungen como representación simbólica de sus países. Asistimos a un método para, a los ojos del espectador, igualarlos aún en tan disímiles circunstancias, de acortar distancias que van más allá de lo físico. El ejemplo más claro de esta composición son las puestas en escenas cargadas de objetos, las cuales parecieran una transgresión sino fuera porque ninguno distrae la atención del sujeto en cuestión, sino que la refuerza, aportándole contexto y personalidad.

Sergio y Serguei
Sergio y Serguei
Sergio y Serguei

Por otra parte es la temperatura del color, con una intencionalidad bastante elemental, el factor que marca la diferencia entre estos tres escenarios. En La Habana predominan los tonos cálidos, aunque desaturados como representación de una época de crisis. Las escenas de Manhattan, reducidas al interior de una habitación nocturna y par de planos de paisaje, se caracterizan por los colores más fríos de la película. En tanto la nave soviética viene a ser un punto neutro que tiende ligeramente hacia los tonos fríos.

Sin ser ni remotamente del género fantástico o de ciencia ficción, Sergio & Serguei es una de las películas cubanas con más efectos visuales de la Historia. Verosímil y efectiva con respecto a la estética y el discurso de la cinta es la recreación de la ingravidez y los paisajes del espacio exterior, así como los movimientos de cámara virtual entre dicho lugar y la Tierra. Ello combinado con el despliegue técnico antes mencionado, es lo que ha determinado su éxito y calidad como producto final. 

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