Nerea Coll: fotógrafa de la emoción

A principios de este mes, tuvo lugar en La Habana la sexta edición del Festival Internacional de Música Electrónica Eyeife. El evento, que se desarrolló en los espacios de Fábrica de Arte Cubano (F.A.C.), tuvo entre sus invitados a Nerea Coll, fotógrafa española que se destaca en el ámbito de los festivales y las artes escénicas. Si bien Nerea ha tenido a varios artistas de talla mundial bajo su lente, el sello de su fotografía lo encontramos en su forma de captar la emoción del público. A propósito de su trabajo y de su experiencia como fotógrafa de Eyeife, Nerea conversa con POB Magazine.

¿Cómo llegaste a la fotografía?

“Yo fui bailarina, estuve involucrada al mundo de la danza desde pequeña, pero cuando me tocó ponerme a trabajar, en vez de seguir bailando, decidí dedicarme a producir en ese mismo ámbito. Siempre me dio mucha rabia que costara tanto armar un espectáculo, y si bien preferí no seguir en el escenario, sí quise seguir formando parte de todo aquello y echar una mano para que funcionara.”

“Eventualmente monté una productora propia, y solía suceder que cuando tocaba hacer el dossier de foto y video para vender la función ya no nos quedaba dinero, nos lo habíamos gastado todo en ensayos, vestuario, técnica y todas esas cosas que son prioridad en una puesta en escena. Entonces me propuse hacerlo yo misma. Los bailarines hicieron un pase para mí, pero las fotos no fueron buenas, no logré sacar la esencia de lo que queríamos contar.”

¿Fue la primera vez que agarraste una cámara?

“Bueno, en un teatro sí. Me atraía la fotografía y si en la familia hacía falta que alguien fotografiase esa era yo, pero en realidad no era fotógrafa. Simplemente me gustaba hacer fotos, y cómo sentía que tenía toda la información de la obra intenté capturar su esencia. Al no poder hacerlo me frustré mucho, fue una sensación  que no me pude sacar de la cabeza y me decidí a aprender fotografía. Con el tiempo dejé la producción de arte y me convertí en fotógrafa de festivales y artes escénicas. Una de las razones por las que elegí esa rama fue que ya tenía conocimiento y experiencia, tanto a nivel de escena como de producción.”

¿Cuáles dirías que son las características que debe tener un fotógrafo de festivales y artes escénicas?

“Los clientes suelen hacer mucho énfasis en la parte técnica, que ciertamente es muy importante, porque trabajamos en entornos donde la iluminación es escasa, con mucho movimiento y luces invasivas. Pero creo que lo primordial es saber reflejar el elemento emocional. La música es el arte más universal, todos tenemos una banda sonora de nuestra vida y canciones que nos evocan recuerdos, y todo fotógrafo que se dedique a esto debería tener la sensibilidad para reflejar la emoción del público. El principal motivo para asistir a un concierto es ir a vivir momentos mágicos con tus amigos o tu pareja, momentos que te vas a guardar para siempre, y creo que es muy importante tener la sensibilidad para captar eso.”

¿Y en cuánto a la parte técnica?¿Qué elementos o aspectos consideras necesarios para un fotógrafo en este sector?

“Creo que es importante trabajar con equipos de altas gamas, ya que precisamos un máximo de nitidez debido a que usamos valores de ISO muy altos. También necesitamos un rango dinámico amplio porque la luz de festivales suele ser bastante puntual e intensa, lo que genera un alto contraste en la exposición, y debemos poder levantar sombras y bajar luces para llevar la imagen a donde queremos a la hora de editarla.”

“Me gusta congelar el momento, por eso disparo con velocidades muy altas, trato de que en mi trabajo se vean momentos que por su rapidez nuestro ojo no puede percibir del todo. En cuanto a apertura, trabajo con diafragmas muy abiertos. En Fábrica de Arte está todo muy lindo, pero yo suelo cubrir festivales que son producciones gigantes montadas en descampados, y siempre hay mucha estructura, andamios, cables, mucha suciedad visual en general. Si hago una foto a alguien en primera fila, que está saltando con una emoción muy fuerte, yo no quiero que te distraigas con otra persona detrás que está hablando o haciendo cualquier cosa. Quiero que cuando veas mis fotos tengas claro dónde tienes que mirar y qué te estoy contando.”

¿Con qué tipos de lentes sueles trabajar?

“Cuando tienes que entregar una cobertura de 150 fotos que incluyan planos generales, retratos, la banda, laterales, traseras, que reflejen cuánta gente hubo y lo que sintieron, necesitas muchos tipos de lentes para dar variedad en un tiempo muy corto. Tenemos que ser fotógrafos muy rápidos y versátiles. Por eso trabajo con tres objetivos zoom y cuatro fijos, y los llevo todos como loca en un cinturón que pesa una barbaridad. Cuando hago stage uso zoom pero para retratos pongo lentes fijas.”

¿Es cierto que desde hace tiempo querías venir a Cuba?

“Tengo una conexión especial con la gente de Latinoamérica. Hay algo de vuestra música, cómo la sentís, cómo la bailáis y vivís con ella, que me hace sentir súper identificada. También tuve una pareja que es cubana y la verdad que me inyectó las ganas de estar en Cuba. No sé si viví alguna vida pasada aquí, pero hay algo por estas zonas de cultura musical que me atrapa y que me hace sentir yo misma.”

Como fotógrafa que le da tanta importancia a la emoción del público ¿Notaste alguna particularidad en el público cubano?

“Para mí lo que hace especial un lugar es la gente que lo habita y lo que les pasa. En España se baila, pero no se baila así ni se siente así, no es tan intenso, y yo como persona intensa que soy me he sentido muy a gusto haciendo fotos. Para mí, como fotógrafa, ver un movimiento atractivo y que la luz lo acompañe es estéticamente muy rico. La verdad es que me he vuelto loca haciendo retratos y me ha encantado, porque de repente había movimiento muy latino y de repente movimiento muy afro y de repente veía a alguien con un look muy electrónico. En un mismo festival he encontrado muchas maneras de sentir la música, sois una fusión increíble. Eso hace que el reportaje de Eyeife sea muy particular y sobre todo muy rico.”

“Allá siento que me cuesta más llegar, tengo que buscar a la persona que no esté pendiente de la cámara y hago muchos intentos hasta que logro entrar en alguien y llevarme la emoción que quiero. Aquí la gente ya está abierta y te deja entrar. Para ustedes lo primero es gozarlo y eso me lo pone muy fácil.”

¿Algo más que quieras añadir?

“Que estoy súper agradecida con el festival, sus organizadores y patrocinadores, que hicieron posible que yo esté acá. Las condiciones en las que vivís hacen que seáis unos creativos natos. Considero que tenéis un talento acá muy elevado y me encantó ser parte de eso. Vine a trabajar, pero la experiencia personal que me llevo es muy enriquecedora. De hecho, ya estoy pensando como volver.”