Titina Style: la intuición detrás de una cámara

Joanne Marina Soto Fernández, más conocida en el medio del arte como Titina Style, es una fotógrafa cubana que hace gala de una notable obra en los géneros de retrato y publicidad. Su estilo singular es, en cierta manera, un reflejo de su filosofía de vida, una en la cual la intuición juega un rol determinante. Sobre su lenguaje artístico y manera de entender la fotografía, Titina conversa con POB Magazine.

¿Cómo llegaste a la fotografía?

“Todo comenzó cuando me regalaron una cámara, en el año 2008. En aquel entonces era modelo de La Maison y empecé a retratar a amigos de allí mismo, que estaban muy dispuestos porque, modelos al fin, les encantaba hacerse fotos. Los iluminaba con una luz amarilla continua y les ponía ropa, los maquillaba, los peinaba, hacíamos la sesión y por último imprimía las imágenes en papel brillo y se las regalaba. Todo era de forma autodidacta e intuitiva. ”

¿Cómo influye tu experiencia como modelo en tu trabajo fotográfico?

“Yo pienso que al ser modelo ya iniciaba con cierto conocimiento en cuanto a lenguaje corporal, poses, maquillaje, peinado, vestuario, y eso se ve reflejado en mi trabajo. A mí me gusta mucho el mundo del modelaje y de la publicidad, y mi fotografía es la forma que tengo de, a través de los modelos, expresar lo que siento hacia ese mundo.”

“Hay fotógrafos que tienen equipos de trabajos más amplios, con directores de arte, estilistas, maquillistas, que les conforman la escena para ellos centrarse en la parte técnica y artística de lograr la imagen. En mi caso no ha sido así, yo he tenido desde mis inicios que abarcar todas esas especialidades, lo cual me da mucho placer. Si tengo que hacer solo la foto y me pierdo todo ese proceso me siento incompleta. Yo necesito involucrarme en todas esas labores para poder lograr la imagen que tengo en mi cabeza.”

¿Qué tanto margen le das a la espontaneidad?

“Me gusta mucho el elemento sorpresa, escuchar lo que los demás tienen que decir. A veces suceden imprevistos que traen consigo buenos resultados, que te sorprenden en el proceso. Creo que, cuando estamos abiertos, lo que no ves tú lo ve otro y eso puede enriquecer mucho lo que está sucediendo. ”

¿Cuáles dirías que son tus principales referentes?

“Me encanta David LaChapelle, es el que más me atrae por como usa los colores y la forma en que maneja la imagen. Me atrae mucho todo el dramatismo que tiene en sus fotografías. Yo quisiera en un futuro hacer fotos con producciones más complejas, como las suyas, que denotan una producción importante detrás. Me gustan también Helmut Newton, Richard Avedon y Platon Antoniou. Son esos con los que más me siento identificada. ”

¿Cuál dirías que es el género en el que mejor te desarrollas?

“Retrato y publicidad. He incursionado en la fotografía de paisaje, arquitectura, alimentos, fotografía publicitaria para modelos, actores, cantantes, músicos, diseñadores, empresas y en menos proporción bodas y quinceañeras.”

¿Te gustaría incursionar en algún otro?

“Me gustaría fotografiar a bebés. En mis inicios yo solía hacer retratos a niños, a los cuales vestía de adultos, y la terminación fotográfica era con una textura antigua. Quizás lo que me impide lanzarme a la fotografía infantil, es que sé que la mayoría de los clientes va a querer ver a sus hijos vestidos como niños, y me va a costar hacerles entender que la manera que me inspira de verlos es otra.”

“En el mundo de la publicidad he tenido la suerte de que todo empezó con las inspiraciones que tenía, gustaron y con ellas me abrí un camino. Siempre trato en la mayoría de los trabajos de complacerme primero a mí. Le explico a mi cliente mi idea, la debatimos, y negociamos para llegar a un resultado que le guste y a la vez le sea de utilidad. Es como una especie de seducción en la que entro con el cliente, para que diga «ok, me gusta tu idea», entonces me puedo dar la satisfacción de ejecutarla. Pero eso no pasa con todo, ya que todo no siempre es como uno quiere.”

Cuéntanos un poco sobre One Feeling

“One Feeling es mi segunda marca, la cual recibí a principios de este mes y que, junto con la fotografía, tiene una arista textil. Estoy bastante abierta al diseño de artículos de uso y quiero llevar mi trabajo fotográfico a este tipo de productos, como son carteras, trusas, zapatos, cintos, entre otros. Ahora, además de los servicios fotográficos, ofrezco a las personas la posibilidad de tener una prenda de vestir con mis fotografías impresas. Incluso pueden tenerlas en un cojín, una cortina, una sábana o forrar un sofá entero con ellas.”

Tengo entendido que tienes una trayectoria en el mundo del video clip  ¿Podrías hablarnos sobre ella?

“Durante un año trabajé con Alejandro Pérez, como asistente de dirección y directora de arte. Una vez que Ale empezaba en el proceso creativo, intercambiábamos puntos de vista e íbamos conformando la parte estética del video. Algunos de esos videos fueron «Angry Boy» de Sexto Sentido, «Ya no hacemos el amor» de Baby Lores y «Yo me la llevo con dinero y pasmao» del Micha. De eso hace unos cinco años.”

¿Cómo te nutrió esa experiencia como fotógrafa?

“Muchísimo, porque Ale es un profesor en su trabajo. Comparte cómo le da soluciones a las cosas, cómo enfrenta los problemas, acoge a sus técnicos como una familia y es muy comunicativo. Él hace su labor y a la vez va dejando enseñanzas. Es en sí mismo una escuela.”

En tu trabajo es frecuente que los modelos tengan  poses y gestos muy pronunciados, exagerados podría decirse ¿A qué se debe esto?

“Eso es algo que me pregunto a mí misma. Me doy cuenta que tengo necesidad de mostrar extravagancia en las cosas que hago, es mi lenguaje artístico, mi manera de expresarme y de interpretar la fotografía. Yo me dejo llevar mucho por la intuición, por eso no sé en qué me voy a convertir en un futuro. Estoy en una etapa en la cual me da mucha curiosidad colorear las imágenes y hacerles dibujos, pero quizás mañana pruebe otras cosas, porque el mundo fotográfico es infinito, existen muchas herramientas y no hay límites en cuánto se puede mostrar. Una misma imagen se puede hacer de muchas maneras.”

“Por ejemplo, hice una foto, que aún no pienso subir a Instagram, pero quisiera que su marco fueran tomates, después quisiera que fueran manzanas. Y mi pregunta es: ¿cuántos marcos más puedo poner? Pueden ser cien y la foto quedar pequeñita. Pero el marco no tiene que ser solamente comida, también pueden ser tornillos o dedos. Por una parte da un poco de miedo, porque sabes que estás haciendo algo incoherente según lo establecido, pero yo lo veo coherente, porque lo hago desde la intuición y la intuición yo la encuentro coherente. Me estoy dejando llevar por una idea, sin ponerle límites ni cortarle las alas. La inspiración siempre que esté libre te va a sorprender, no así cuando está amarrada a miedos, inseguridades y al qué dirán, ahí se corta. Yo creo que es un proceso por el que cada cierto tiempo todo artista tiene que pasar, porque uno como ser humano constantemente recibe un bombardeo de reglas, y es difícil sentir y exponer sin reglas.”

¿Algo más que quieras añadir?

“Me gusta ver bailar al que usualmente no baila, porque el día que lo hace realmente lo siente y es espontaneidad pura y sus movimientos son impredecibles. Esa es una manera mía de pensar, una filosofía de vida y creo que está presente en mi trabajo.”