Fotografía erótica y cómo diferenciarla de la pornografía

Foto de Zoe Gómez

Distinguir entre pornografía y erotismo es una inquietud bastante frecuente en la fotografía. Las dudas y opiniones al respecto están a la orden del día, no solo entre fotógrafos, también entre consumidores de fotos y arte en general, ya que los contenidos de carácter sexual son cada vez más comunes. Primero que todo hay que señalar que existe una amplia escala de grises de por medio, varios puntos donde la frontera entre ambos géneros, de por sí flexible, se hace inexistente o cuanto menos borrosa. Sin embargo, a cada uno corresponde una serie de características y códigos propios, y aunque ciertamente el factor subjetivo juega un rol importante, éste no es para nada absoluto. Es necesario señalar lo anterior, ya que en el tema en cuestión reducirlo a frases hechas cómo “la diferencia entre uno y otro está en el prejuicio de quién mira”, es un error bastante común. 

Foto de Rey Estudio
No toda foto con un componente erótico es glamour

Igualmente vale destacar que muchos fotógrafos no se refieren al erotismo propiamente cómo género, prefiriendo el término “fotografía glamour”. Este cambio de nombre comenzó en la década de 1960, cuando el erotismo fotográfico comenzó a adquirir un carácter más estilizado y comercial, y por consiguiente a ocupar las páginas de cada vez más revistas. No obstante esto no significa que estemos incurriendo en un error al hablar de fotografía erótica. De hecho, existen numerosos fotógrafos que tienen al erotismo como componente principal de su obra, sin que por ello incluyan la sofisticación y elegancia que caracterizan al glamour.

Podemos definir a  la fotografía glamour como aquella que celebra el lado sensual de la belleza, siempre de una forma provocativa. Si bien el erotismo es una constante en este género, no toda foto con un componente erótico es glamour

Foto de Arnol Sthal
Ambos estimulan el deseo sexual

¿Pero, qué es erotismo y qué pornografía? Para muchos el erotismo termina donde comienza la exhibición directa de los senos o los genitales, pasando así a lo pornográfico. Pero la realidad es que el grado de exposición al que es sometido el cuerpo es el último de los factores a tener en cuenta. Ambos géneros estimulan el deseo sexual, el cual no precisa de un cuerpo desnudo; a veces basta con una expresión o gesto. De la misma manera en que no toda desnudez nos puede estimular sexualmente, por bien dotado que sea el cuerpo.

Foto de Alessandro Sinx

Tenemos los ejemplos del boudoir y el desnudo cómo géneros fotográficos. El primero se basa en registrar la intimidad cotidiana de las mujeres en sus habitaciones, el segundo en la exploración del cuerpo humano y sus posibilidades de expresión. Ambos carecen de connotación sexual alguna.

La pornografía en el imaginario colectivo es sinónimo de “obsceno” y “mal gusto”

Otra creencia generalizada es que la diferencia recae en el grado de complejidad de la foto. Incluso el espectador menos entendido, puede distinguir a nivel subconsciente cuando una imagen es producto de un trabajo consciente y detallista. De ser una foto mala o mediocre y tratarse de un cuerpo desnudo, lo usual es que se le catalogue como pornografía, siendo ésta en el imaginario colectivo sinónimo de “obsceno” y “mal gusto”. Sin embargo, dicha diferenciación no sería del todo válida en cuanto también podemos encontrar, aunque no es común, fotografía pornográfica con excelente composición, técnica e iluminación, incluso con enfoque artístico.

Que tan explícita se muestre la relación sexual es otro aspecto que se suele tener en cuenta, lo real o visible del acto representado. Sin embargo un contenido puede apelar a la sexualidad y tratarse de una sola persona, puede incluso no tener acto sexual en sí y ser mera exhibición.

Una historia, concepto o mensaje

Hay que decir que todas estas formas de diferenciación no son irrelevantes, para nada, deben ser tenidas en cuenta pues responden a patrones en ambos géneros. En comparación con la pornografía, en el erotismo predomina el sugerir sobre la representación gráfica, el detalle sobre lo simple, lo estético sobre lo burdo. Todas reglas generales con sus excepciones, y no pocas por demás. El factor determinante a la hora de diferenciar ambos géneros, es si en la imagen subyace una historia, concepto o mensaje y la forma en que lo hace. 

Fotos de Javier Fonseca
El sexo es el motivo principal de todo material pornográfico

Mientras la pornografía es la mera representación del sexo, sin más justificación o intención que estimular el deseo en el espectador, en el erotismo dicha representación se haya subordinada a una idea primordial que el autor busca transmitir, es decir, el componente sexual aporta al motivo principal de su obra. Ciertamente podemos encontrar historias, conceptos o mensajes en la pornografía, pero siempre subordinadas al sexo en cuanto éste es el motivo principal de todo material pornográfico. 

Foto de Los Fortiz

En las redes sociales se suele abusar bastante del adjetivo “erótico”, tanto entre fotógrafos como entre los llamados creadores de contenido en general, a la par que se rehúye al calificativo de “pornográfico” debido al estigma social de éste. Pero lo cierto es que en éstas existe más contenido pornográfico circulando del que a muchos les gustaría admitir, en especial quienes lo producen sin ser conscientes de lo rasgos que definen dicho género, pero apostando con toda intención a los likes y seguidores que una imagen meramente sexual les puede proporcionar. 

Foto de Pop Estudio

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