Regla de Tercios
Todo ejercicio de diseño o composición debe tener muy presente la relación entre los elementos. Distribuir espacios es primordial. Así es como piensa el cerebro humano, estamos acostumbrados a dividir lo que vemos en áreas de interés. La regla que nos ocupa hoy es uno de los recursos compositivos más populares, por clásico y efectivo.
La Ley o Regla de Tercios, se usa para situar los elementos dentro de una imagen, dividiéndola en nueve fragmentos iguales a partir de dos líneas paralelas horizontales y otras dos verticales. Las cuatro intersecciones a las que dan lugar estas líneas representan los puntos fuertes del encuadre. Se les llama de esta manera pues es hacia dichos puntos donde, de forma instintiva, apunta primero nuestra mirada al contemplar una foto, de ahí que se recomiende situar en ellos los elementos a los que buscamos dirigir la atención. Al principio cuesta un poco, pero antes de que te des cuenta estarás haciendo clic visualizando esos puntos imaginarios.
En principio todos los puntos atraen el mismo interés, y en cualquiera de ellos podemos situar el sujeto de nuestra foto. No así cuando pretendemos resaltar más de un elemento. En este caso el segundo lo ubicaríamos en el punto diagonalmente opuesto. Al estar ambos en puntos fuertes, existen varias maneras, si es lo que buscamos, de que uno gane en protagonismo sobre el otro: situarlos en planos diferentes, siendo el más cercano el que recibe mayor atención. Ubicando al sujeto a la derecha o al extremo inferior del encuadre, pues en ambos casos los elementos adquieren mayor peso visual. Iluminando uno en detrimento del otro. Enfocando en función de la importancia, lo cual está íntimamente relacionado con el uso de más de un plano en la foto.
Claro que estamos hablando de recursos compositivos. El sujeto de una foto puede estar centrado, en un extremo del encuadre o ser todo el encuadre en sí y no por ello generar menos interés. Buenísimas fotos lo demuestran. Todo depende del entorno, como lo aprovechemos y el resultado que buscamos, y sobre todo, que tan ajustable sea la regla a la foto y cuanto aporta a lo que buscamos transmitir.
Una vez conocidos estos recursos, se toparán con escenas y concebirán ideas donde la ley de tercios no encaje de ninguna manera, y otras donde sea un método tan evidente como efectivo. Es cuestión de familiarizarse con las reglas para saber cómo aplicarlas o bien romperlas con elegancia.
