Vladimir Zayas: “El calor era tan insoportable que pensé que se me quemaba la ropa encima”

Vladimir Zayas es bombero voluntario y fotógrafo. Su grupo fue de los primeros en arribar al incendio que aún tiene lugar en la Base de Supertanqueros de Matanzas, catástrofe sin precedentes en Cuba y que ya se ha cobrado varias vidas. A pesar de condiciones tan hostiles y sobre todo de un calor extremo, Vladimir ha logrado un notable testimonio gráfico de los hechos. Al momento de esta entrevista se encuentra en La Habana, preparándose para regresar a Matanzas a seguir combatiendo el fuego, así como a dejar constancia visual de lo que sucede. Sobre su experiencia en los sucesos aún en desarrollo conversa con POB Magazine. 

¿Cuál fue tu impresión al llegar al incendio?

“Lo que más me impresionó al llegar fueron las dimensiones de las llamas. Lo más difícil fueron las altas temperaturas, no solo para mí cómo fotógrafo sino para todos los que estábamos laborando allí. Era un calor mucho más agresivo que el que había experimentado en incendios anteriores, algo extremo. A veces levantaba las manos buscando un encuadre y sentía que los dedos se me quemaban, también porque tenía las manos descubiertas, ya que trabajar la cámara con guantes era muy incómodo”

¿Tú o tu equipo sufrieron algún daño?

“Se me hicieron unas ampollas en los pies provocadas por las botas, las cuales me curaron los muchachos de la Cruz Roja. Físicamente no sufrí más que eso y el calor extremo. A las cámaras no le pasaron nada por suerte, pero el strap sí se me derritió y se deterioró por completo. Usé un 35mm y un 12mm, de ahí podrás deducir que muchas de las imágenes son bien próximas a la acción. No me gusta trabajar con tele, prefiero estar cerca de la escena”

Cuéntanos sobre el momento en que explotó el segundo tanque

“Dos o tres minutos antes de la segunda explosión el viento aumentó, lo que avivó las llamas y dio lugar a imágenes espectaculares. En ese momento aproveché para hacer fotos. Entonces empezó a rajarse el tanque y dieron la alarma de evacuación. Cada quien corrió para dónde podía. Yo corrí entre 150 y 200 metros para protegerme detrás de otro tanque de combustible. El calor era tan insoportable que pensé que se me quemaba la ropa encima. La capa, que fue la parte del uniforme que mayor impacto recibió del calor y la radiación, se decoloró por completo.”

“Estuve detrás de ese tanque sólo por unos minutos hasta que pude reagruparme con otros compañeros. A partir de ese momento no pude hacer más fotos y me dediqué a la labor de buscar posibles víctimas. Hicimos una exploración que no fue fructífera ya que las altas temperaturas lo impidieron. En ese momento tuve conciencia plena de lo que estaba pasando, en especial cuando me percaté de que se había incendiado un carro de bomberos, con compañeros dentro que no tuvieron oportunidad de salir. Fue entonces donde realmente me angustié.”

¿Cómo te sientes con respecto a tener que regresar hoy en la noche?

“Regresar para mí no es un problema. Siempre la familia de uno se preocupa por lo que pueda pasar, pero yo siento que es allí es donde tengo que estar, dónde se me necesita. Cómo fotógrafo pero sobre todo cómo bombero.”